viernes, 29 de octubre de 2010

Historia Halloween

Halloween es una fiesta de la cultura anglosajona que se celebra en la noche del día 31 de octubre.
Sus orígenes se remontan a los celtas, hace más de 2.500 años, cuando el año celta terminaba al final del verano, el día 31 de octubre de nuestro calendario (Samhain). El ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar, pedirles alimentos y maldecirles. Les hacían víctimas de conjuros si no accedían a sus peticiones: me das algo o te hago una travesura, que es la traducción de "Trick or Treat" (Truco o Trato).

Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo asustados. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces. Es así pues una fiesta asociada a la venida de los dioses paganos a la vida.
La iglesia de Roma decidió convertir la festividad al catolicismo. Se instituyó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, que en Inglaterra se denominó "All Hallows' Day", y la noche anterior "All Hallows' Eve" que posteriormente derivó en "Halloween".



La fiesta fue exportada a los Estados Unidos por emigrantes europeos en el siglo XIX, hacia 1846. Sin embargo no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921. Ese año se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego le siguieron otros estados. La internacionalización de Halloween se produjo a finales de los años 70 y principios de los 80 gracias al cine y a las series de televisión.

En la actualidad los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la puerta los niños pronuncian la frase "Truco o trato". Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma.

Halloween es una fiesta basada en el miedo, la muerte, los muertos vivientes, la magia negra y los monstruos místicos. Los "personajes" que se suelen asociar a Halloween incluyen a los fantasmas, las brujas, los gatos negros, los trasgos, los banshees, los zombis y los demonios, así como ciertas figuras literarias como Drácula y el monstruo de Frankenstein.
Los celtas solían disfrazarse con pieles de animales el 31 de octubre y así no ser descubiertos por los espíritus que, según ellos, esa noche recobraban vida. De ahí la costumbre actual de disfrazarse ese día. Los colores tradicionales de Halloween son el negro de la noche y el naranja de las primeras luces del día. Los símbolos de Halloween también incluyen elementos otoñales como las calabazas y los espantapájaros

jueves, 14 de octubre de 2010

Limpieza

Los 8 lugares más sucios de tu casa

Los niños -y los no tan niños- tocan todo, y en una casa con peques la limpieza y la desinfección suelen tener lugares privilegiados en la lista de tareas.Teniendo en cuenta el uso que se da al baño, la mayoría tratamos…

Los niños y los no tan niños tocan todo, y en una casa con peques la limpieza y la desinfección suelen tener lugares privilegiados en la lista de tareas.

Teniendo en cuenta el uso que se da al baño, la mayoría tratamos de mantenerlo limpio. Sin embargo, el hecho de tenerlo limpio te puede dar una idea equivocada sobre la higiene de tu casa. Aquí tienes una lista de sitios aún más peligrosos para tus hijos... y para ti:

El cepillo de dientes


Si tiras de la cadena sin bajar la tapa las partículas de agua pueden viajar hasta casi dos metros de distancia, y llegar a tu lavabo o al cepillo de dientes. Baja la tapa antes de tirar de la cadena y desinfecta los grifos, el exterior del baño y los pomos de las puertas a menudo.




El fregadero


Un fregadero suele contener 100.000 veces más gérmenes que un baño. Los estropajos son un criadero de bichitos y entre sus habitantes podemos encontrar bacterias como la e. colli y la salmonella (y ambas pueden causar casos severos de problemas estomacales como gastronteritis o, como su nombre indica, salmonella). La tabla de cortar contiene casi dos veces más bacterias fecales que una taza del váter. Ahí es nada.
Para prevenir infecciones, puedes meter los estropajos en el lavavajillas y cambiarlos a menudo. Utiliza tablas distintas para cada tipo de alimento y lávalas desinfectándolas después de cada uso.
Además, no permitas que tu hijo toque alimentos crudos o los sitios donde se preparan.
Si te ayuda a cocinar, recuérdale que se lave las manos antes y después de preparar alimentos.


El teclado del ordenador

Nos obsesionamos a veces con limpiar la casa pero nunca pensamos en el ordenador. Los teclados acumulan años de migas, estornudos y polvo. Y pueden contener bacterias que provocan intoxicaciones alimentarias.
Para limpiarlo, dalo la vuelta y sacúdelo. Después, limpia la superficie con un producto antibacteriano. Y no olvides el ratón.



Tu teléfono

Los móviles son pequeños y útiles, y además, suelen contener 18 veces más bacterias que el váter. Entre estas bacterias, encontramos las causantes de infecciones cutáneas y de la meningitis.
Antes de que tu bebé se lleve el móvil a la boca (que les encanta), quítaselo, apágalo y límpialo con una solución antibacteriana.
Esto va también para cualquier otro teléfono: casa, oficina... No sólo los móviles son malos.

La ropa limpia

Muchos virus y bacterias resisten a la lavadora (entre otros, la hepatitis A y la e. colli). Lava la ropa a máxima temperatura, utiliza lejía si es posible y, si tienes secadora, mete la ropa ahí. Si no, una buena sesión de plancha hará el mismo efecto.
Recuerda que, para bebés, es bueno comprar jabones especiales que no afecten a su piel.

El mando de la tele

Quizás sea el "cacharro" que más utilizas y menos limpias en tu casa. Y si vas a un hotel, no quieras ni imaginarte lo que puede contener.
Límpialo de vez en cuando con toallitas anti-bacterias.


Adivina... ¡tu cama!

Sí, está llena de bacterias, ácaros y virus. Cambia las sábanas semanalmente y lávalas a alta temperatura. Limpia los cojines en la tintorería y cambia el colchón cada varios años.
Si tus hijos usan cuna, lo mismo: compra un colchón nuevo para cada hijo, cambia las sábanas a menudo y no permitas que coman en la cuna para evitar que el colchón se manche de leche, por ejemplo.

Tu mascota

Nada como rascarle la barriga al perro o detrás de las orejas al gato. Además, si tienes hijos, se pasarán horas persiguiéndose el uno al otro. Por desgracia, tu mascota puede transmitirte bacterias que te pueden provocar intoxicaciones alimentarias. Recuerda a tus hijos (y a ti) que se laven las manos después de jugar con ellos. Y si su mascota es de peluche, no está de más que metas al osito en la lavadora de vez en cuando.


Pero bueno, también hay quien dice que está bien inmunizarse. Mi consejo es: mantén la casa limpia, pero no te obsesiones. Si piensas que después de limparla, tu casa aún no tiene la esterilización de una sala de operaciones, ¿qué crees que pasa cada vez que tú o tus hijos ponéis un pie fuera? Supermercados, colegios, metro, trenes, autobuses... Es bueno mantener la higiene, pero estamos tan expuestos que tampoco hace falta sentirse mala madre si tú o tu hijo pilláis algo (y esto lo dice una que tiene faringitis y se la ha pasado a su hija de 9 meses).

¿Cuál es el lugar que más a conciencia limpias en tu casa? ¿Te da tiempo a limpiar tanto como te gustaría?

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